El uso del término «cognitivo» en la terminología de salud. Una controversia latente
jueves, 30 dic 2010
Por Luis Salvador-Carulla a, Francisco Aguilera
Introducción
El término «cognitivo» tiene un doble significado, llegando a denominar disciplinas con actividades diferentes: neurociencias cognitivas y psicoterapia cognitiva.
Objetivo
Se efectúa una revisión del uso actual del término en una serie de diccionarios relevantes, libros científicos, publicaciones indexadas en OldMedline y en PsycINFO, y buscadores específicos (Google Scholar). Se revisa la historia del uso actual del término y la etimología del mismo en relación con otras alternativas (p.ej. noético) y su utilización en clasificaciones internacionales (p.ej. la clasificación internacional del funcionamiento [CIF]).
Desarrollo
Se constata que el uso polisémico del término. En neurociencias se inicia con Hebb en 1955, antes de la atribución aceptada oficialmente. En psicología social y clínica parece independientemente en la misma década. A partir del marco de la CIF de las funciones mentales, «cognitivo» es un término genérico que engloba funciones neurocognitivas y meta-cognitivas o del esquema mental que no es útil para clasificación. Se propone una jerarquía para el uso del término neurocognitivo en terminología de salud.
Conclusiones
El uso polisémico del nombre «cognitivo» ha generado una controversia latente en ciencias de la salud que tiene implicaciones relevantes para su uso en las clasificaciones internacionales. Es necesario mejorar la definición estándar de «cognitivo», «neurocognitivo» y de los términos relacionados en el contexto de la Organización Internacional de Estandares en Terminología de Salud (IHTSO).
Rev Psiquiatr Salud Ment.2010; 03 :137-44
Rodríguez, quien presenta su trabajo a última hora de esta tarde en Alicante, ha recopilado, entre otras, "más de doscientas palabras diferentes referidas tanto al pene como a la vagina", según ha explicado en una conversación mantenida con EFE.
El autor de la obra es catedrático de Filología Inglesa en la UA e hispanista, y ha manifestado que el propósito de este diccionario es "recoger el argot y el lenguaje de un campo semántico que está en el día a día y de una manera que no se había hecho".
Ha detallado que, para la elaboración de este compendio lingüístico, ha recogido el lenguaje sexual desde la década de 1950 hasta la actualidad.
Así, el diccionario realiza un análisis de la terminología sexual desde el punto de vista biológico, entendido como instinto animal y como necesidad del ser humano, y del lado del erotismo, relacionado con el comportamiento sexual de las personas.
En cuanto al contenido concreto de las palabras recogidas en las más de mil páginas, Rodríguez ha señalado que "no ha evitado" aquellas que podían resultar, en un principio, más vulgares y soeces, y ha concretado que ha reunido desde términos técnicos y especializados hasta los "más informales".
A juicio del autor, la obra posee un carácter "distintivo", "descriptivo" y "sin pelos en la lengua". "Algunas palabras o expresiones levantarán ampollas", como los términos "machacar", "engatillar" o "tabicar", según el docente.
"No hagamos como los ingleses que todavía hoy evitan utilizar, en la literatura y en los medios de comunicación, la palabra 'fuck' (joder)", ha ironizado al respecto.
Rodríguez ha remarcado que su diccionario quiere acabar con cualquier censura y, para ello, ha sido dotado con un carácter "iconoclasta" y "rompedor", pero sin alejarse de la precisión lingüística Así, ha indicado que en su trabajo han quedado reflejadas todas las tendencias sexuales actuales y se hace mención a otras de más reciente aparición, como el "porno-punk".
Para la elaboración del escrito, el autor ha confesado haber invertido "muchísimo tiempo investigando" sobre la materia, para lo cual ha leído foros de Internet, abundante bibliografía, artículos en prensa relacionados con el tema y ha visionado abundante material cinematográfico, donde ha citado la película "Las edades de Lulú".
Además, ha realizado multitud de entrevistas a personas de perfiles y edades diferentes que le han ido aportando diversas visiones y términos que, en los distintos sectores de la sociedad, se utilizan con contenido sexual.
En cuanto al tiempo dedicado a escribir el libro, le ha sido difícil de calcular ya que, según ha detallado, su rutina de trabajo consiste en escribir diversos libros de forma simultánea, si bien desde 2008 se ha centrado más en profundidad en este diccionario.
Igualmente, ha anticipado que lleva escritas otras tres páginas con terminología nueva o no incluida en este trabajo que pretende utilizar para escribir una nueva versión del diccionario.
Rodríguez ha destacado que la obra es en parte enciclopédica, pues algunas expresiones o términos ha empleado varias páginas tanto para explicar su significado como también para analizar la variación en el significado atribuido a los mismos.
En este punto ha utilizado el ejemplo de la "ninfomanía", un concepto que, según ha expuesto, en el pasado se asociaba a un aspecto psicológico y en la actualidad puede ligarse a promiscuidad.
Ha señalado que el diccionario posee una introducción en la que, entre otras cosas, analiza la cultura sexual heredada de las diferentes religiones, donde ha valorado el carácter abierto del Budismo o la interpretación de pecado o culpa que ha dejado tras de sí la tradición judío-cristiana en occidente. EFE