viernes, 5 de agosto de 2011

Escribir en español: un arte posible

La experta María Marta García Negroni publicó un manual de español basado en la normativa y la gramática. Allí focaliza en los vicios y virtudes del uso de la lengua.

POR HECTOR PAVON

Una frase de Truman Capote se repite y resignifica en la Web; una declaración estética que vale la pena volver a leer y subrayar: “Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras.” ¿Cómo hacer que las palabras compongan una melodía? Sólo sabiendo usarlas en su dimensión justa, en la armonía adecuada, en el lugar vacío que está esperando el vocablo. Y para ello no es necesario cumplir con todos los requisitos de la formalidad académica sino aprender y reaprender a usar el idioma, las palabras y cumplir con sus deseos (reglas). Todo ello no constituye una fórmula aburrida. Simplemente hay que navegar sobre ciertas cuestiones de la gramática descriptiva y la normativa del español. Dos herramientas que la doctora en Ciencias del Lenguaje María Marta García Negroni maneja a la perfección y que las hace asequibles a través de su reciente instrumento Escribir en español. Claves para una corrección de estilo (Santiago Arcos editor). “Un conjunto de herramientas teóricas y los recursos prácticos necesarios que les permitan una adecuada expresión en lengua escrita en las diversas y cada vez más complejas áreas de la comunicación humana”, propone la autora de este “manual” de 857 páginas.
En los últimos años hemos visto cómo se multiplicaron las ediciones de diccionarios de todo tipo, gramáticas, guías y manuales de normativa del español preparados por expertos argentinos y también por especialistas españoles. Del otro lado del Atlántico, la lengua “madre” se va sintiendo, poco a poco, más y más ajena y lejana de las variantes del español hablado en los territorios distintos de América Latina. Todas esas posibilidades de la lengua cobraron un interés y un uso cada vez más frecuente, dadas las distintas visiones y aportes que se suman para analizar los cambios de la lengua española de acuerdo con los tiempos y los espacios donde se practican. Este libro toma en cuenta y destaca las últimas normativas de las Academias Americanas de la Lengua y de la Real Academia Española como marcos y como contextos.
Desde las letras y palabras de ortografía dudosa, los signos de puntuación, hasta el uso de sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios, preposiciones, pronombres, entre otros, navega este vademécum normativo. Uno de los capítulos más llamativos e interesantes es el de los “Barbarismos, solecismos, vulgarismos, impropiedades e imprecisiones léxicas” que forman parte de los “vicios del lenguaje”. La autora advierte que debe tenerse en cuenta no obstante que, si bien algunos de ellos son pasajeros o están restringidos en su uso a comunidades, locales o regionales, otros acaban incorporándose al lenguaje culto o estándar. “En efecto, en algunos casos, su empleo por parte de escritores reconocidos termina estandarizándolos y otorgándoles prestigio; en otros, su reiteración en los medios de comunicación de masas lleva finalmente a que se impongan en la lengua culta general”. El habla cotidiana, legitimada por agentes aceptados social o culturalmente, va a determinar el “buen” uso de determinadas terminologías, o mejor dicho jergas o argots, en el resto de la sociedad, la que componen lectores y receptores. Esas formas lingüísticas surgen en la base de la sociedad y al llegar a la punta de la pirámide son devueltas con una pátina oficial para el uso común.
La autora señala en particular el uso de palabras extranjeras que, sin lugar a dudas, cuentan con una traducción utilizable en español y cuyas equivalencias no suelen ser tenidas en cuenta. Ejemplos de barbarismos léxicos sobran: se usa attachment por anexo o archivo adjunto; champion’s league por liga de campeones; mountain bike por bicicleta de montaña o todo terreno; sale por liquidación; surménage por agotamiento; sponsor por patrocinador... Sin embargo, muchas de estas palabras aparecen en el Diccionario integral del español de Argentina donde figuran además sponsoreo , sponsorear , sponsorizar , y las formas adaptadas: esponsor , esponsoreo , esponsorear y esponsorizar .
Además, el libro incluye muy completas listas de siglas, abreviaturas, extranjerismos aceptados (como marketing ; software o sex-appeal ), neologismos por acortamientos (como “depre”, “anfetas” “híper”, por hipermercado o hiperinflación, de acuerdo con el contexto, “narco”, “profes”, etcétera), préstamos (como “emoticón” o “muyahidín”), entre muchos otros. También dedica un espacio a los aspectos relacionados con la presentación de textos científico-académicos. Las citas y su valor argumentativo, la bibliografía y demás elementos paratextuales, son aquí desmenuzados.
García Negroni llega a la publicación de este exhaustivo libro después de haber recorrido un largo camino en la lingüística, la filología, el análisis del discurso, el estudio del español y la normativa de nuestra lengua, entre otros campos afines. Estudió Letras en la UBA y luego partió a París a especializarse en las Ciencias del Lenguaje. Hizo una maestría y posteriormente se doctoró bajo la dirección de Oswald Ducrot, el famoso lingüista francés, en la École des Hautes Études en Sciences Sociales. También ha sido directora, entre 2005 y 2007, de la Carrera de Edición de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) donde hoy es titular de la cátedra Corrección de estilo. Antes de este libro escribió La enunciación en la lengua ; Gradualité et réinterpretation ; El arte de escribir bien en español –en colaboración con M. Stern y L. Pérgola. También es la directora académica de la revista “Páginas de guarda”. Es una verdadera conocedora del orden de las palabras, la estructura invisible de un texto, el sentido y la musicalidad que compone la escritura.
No casualmente, Henning Mankell dijo en una entrevista: “Escribo para entender mejor el mundo en el que vivimos”. Escribir, de eso se trata, con el cuidado de las palabras necesario para transmitir una melodía y, también, para entender y hacer entender mejor este mundo.
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