martes, 21 de junio de 2011

NEOLOGÍA FINANCIERA

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'Family office', ¿y eso qué es? 
15.06.11
Es cierto que no dejan de salir nuevos términos económicos y financieros que a veces no son necesarios, o tienen una buena traducción al español. No obstante, más allá del lenguaje más o menos técnico que utilicemos, el contenido detrás de la palabra puede ser interesante.
Últimamente se está popularizando uno más de estos términos técnicos, en inglés como casi todos, aunque la idea que contiene se remonta ya décadas atrás: el 'family office'. Se trata de profesionales y despachos que se dedican en exclusiva a gestionar el patrimonio privado de personas o familias adineradas. Esta figura ha cobrado importancia en los últimos años, en una serie de sectores determinados, como son el de los deportistas de élite o los emprendedores relacionados con las nuevas tecnologías.
Esto es así debido a que cada vez es más habitual encontrarnos con emprendedores tecnológicos que afrontan complejas operaciones societarias (ampliaciones de capital, fusiones, adquisiciones, etc.) que en tan sólo un par de años les convierten en jóvenes millonarios. La mayoría siguen vinculados y dedicados a sus empresas porque el propio negocio les absorbe o, simplemente, porque son empresarios vocacionales. Su negocio tecnológico que crearon de la nada, constituye su sueño y la obra de su vida. Pero, a pesar de su juventud, no debemos olvidar que, de repente, se encuentran con un capital o patrimonio tanto empresaral como privado muy importante. Afortunadamente es habitual que cuenten con un alto grado de formación y una juventud que les ayuda a comprender el trepidante ritmo de los negocios. Estos factores juegan a su favor para querer y saber buscar ayuda profesional externa, en contraposición del clásico perfil de empresario no tecnológico, de mayor edad y hecho a sí mismo.
Los empresarios tecnológicos no se parecen al empresario tradicional que ha acumulado un patrimonio a lo largo de largos años. Tampoco comparten las dificultades propias de la empresa familiar tradicional, cuyo principal problema reside en el proceso sucesorio. Los empresarios tecnológicos disfrutan de manera repentina de algo comparable a lo que les sucede a los herederos, a los ganadores de un premio de lotería o algunos casos de deportistas profesionales.
Estamos ante lo que podríamos denominar «fortunas súbitas». Es decir, aquellos patrimonios creados repentinamente - en un corto periodo de tiempo, aunque normalmente con mucho esfuerzo - y sin haber tenido tiempo para preparar el camino hacia la riqueza. Muchos de ellos ni siquiera pueden permitirse el lujo de cambiar radicalmente de estilo de vida, de «jubilarse». Siguen vinculados a su pasión tecnológica, bien sea manteniendo su cargo al frente de la empresa, o bien emprendiendo nuevos proyectos empresariales, esta vez como financiadores de nuevos talentos. Por todas estas circunstancias, la tranquilidad que proporciona contar con los servicios de un 'family office' para este tipo de empresarios tecnológicos de éxito es aún más necesaria, si cabe, que para otro tipo de fortunas súbitas, y por supuesto de empresarios y el resto de perfiles patrimoniales.

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