viernes, 24 de junio de 2011


El español incorpora tres mil nuevas palabras
Por La Nación
Se trata de un anticipo de la vigésima tercera edición del diccionario de la Real Academia Española, que se publicará en 2013.
Viernes 30 de julio de 2010 | | Vida Hoy



Dato: 2.996 cambios al diccionario tiene la 23ª edición del Diccionario de la RAE.
Abducir, espray, festivalero, grafitero, sobao y sostenibilidad son algunos de los vocablos que desde ayer figuran como palabras oficiales del idioma castellano, según el “avance de la vigésima tercera edición”, del Diccionario de la Real Academia Española (RAE) previsto para 2013.
Sin embargo, dentro de las mayores novedades está la inclusión de términos relacionados con la homosexualidad, como homófobo, para sindicar a la persona “que tiene o manifiesta homofobia”.
Otro término, que aunque no aparece en este adelanto de la nueva edición del diccionario, con seguridad estará en la próxima edición escrita, es la acepción de “matrimonio homosexual”, según señaló el secretario de la RAE, Darío Villanueva. Su inclusión, según Villanueva, obedece a la aprobación en 2005 de la ley que permite en España el matrimonio entre personas del mismo sexo (y que se ha extendido a otras naciones hispanas) llevó a la Academia a plantearse “la necesidad de modificar el significado de la palabra “matrimonio” para reflejar “esa realidad que la ley ha propiciado”.
Pero, como sucede con cualquier incorporación que se hace al Diccionario, el proceso es complejo. Los propios académicos “captaron la necesidad” de incluir la acepción de “matrimonio homosexual” y, a partir de ahí, el Instituto de Lexicografía comenzó “el estudio documental de las fuentes que acreditan que esa acepción tiene su sentido”, explica Villanueva.
Nuevas acepciones
En total se efectuaron 2.996 cambios al diccionario, bajo el rótulo de “artículo enmendado” o “nuevo”.
Entre las novedades que ya se pueden consultar en la página electrónica del Diccionario hay muchas que sólo consisten en pequeñas modificaciones de términos ya existentes, y a ese grupo pertenece la voz “pederastia”. La acepción de “sodomía” que figuraba hasta ahora al definir esa palabra se sustituye por “práctica del coito anal”.
También se define pederastia como “inclinación erótica hacia los niños” y “abuso sexual cometido con los niños”.
Villanueva deja claro que la acepción que equipara “pederastia” con “práctica del coito anal” está “documentada” y recuerda que esa práctica “no tiene que ver con la homosexualidad necesariamente, sino que se puede realizar entre personas de distinto sexo”.
“Monoparental”, es decir, la familia “que está formada sólo por el padre o la madre y los hijos” es otra de las novedades del Diccionario, como también lo es la forma compleja “abandono de familia”.
Pese a la polémica que podría generar la inclusión de estos términos, Villanueva aclaró que “la Academia no legisla, no crea realidades. Simplemente introduce en el Diccionario acepciones y términos que están en el lenguaje. No emite en relación a ellos ningún juicio de valor, actúa con la más absoluta de las objetividades”, pero teniendo en cuenta que cualquier decisión “afecta a una comunidad de 450 millones de personas”.
En más de una ocasión los colectivos feministas han acusado de machista a la Academia por el tono de determinadas definiciones, y han pedido cambios en varias. Para Villanueva, “el problema no es si el Diccionario es machista. El problema es si lo es la sociedad. Si la Academia suprimiera los términos con connotaciones negativas, estaría ejerciendo una especie de censura”.
“La Academia no inventa el idioma ni las conductas. Su misión es recoger el idioma tal cual es”, concluye el secretario.

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