Mostrando entradas con la etiqueta DEFENSA IDIOMÁTICA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta DEFENSA IDIOMÁTICA. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de agosto de 2011

BABELISMO ESPAÑOL


20/06/2010  

El español, ¿nueva torre de Babel?
Por Odalys Troya Flores, Prensa Latina *
Si un forastero llega a México o a Chile y pregunta dónde «coger» (por tomar) un autobús, probablemente reciba como respuesta una mirada escudriñadora primero y la indicación precisa después.
Si ese mismo visitante hace igual pregunta en Cuba, enseguida le explicarán donde abordar el ómnibus.
Resulta que coger es una de las tantas palabras que en la comunidad de hispanohablantes es vista de disímiles maneras por su amplio abanico de significados.
Para los mexicanos o chilenos, así como para otros latinoamericanos, el érmino en cuestión es una forma vulgar de la relación sexual, mientras que para los cubanos es montarse en un vehículo y se trata de apenas dos de las más de 30 acepciones que registra la vigésima segunda edición del Diccionario de la Real Academia Española(DRAE) del verbo coger.
Lo que ocurre con esa palabra no es un caso aislado. El idioma español, que hablan unos cuatrocientos millones de personas en todo el mundo, es tan rico y variado, está tan lleno de nuevas creaciones que pudiera parecer que en un momento cualquiera podríamos presenciar otra Torre de Babel.
El creador de Cien años de Soledad, Gabriel García Márquez, aseguró en un discurso durante el I Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Zacatecas (México) que «los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global» .
Nuestro idioma «tiene que prepararse para un ciclo grande en ese porvenir sin fronteras», exhortó. Y añadió:
«Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión».
El diccionario de la RAE recoge unas 100 mil palabras, pero en realidad no representa el número total de términos de nuestra lengua, pues habría que añadir gran cantidad de americanismos y localismos, así como aquellas palabras que se pueden obtener por derivación de las muchas contenidas en él, por lo que el número de vocablos es indeterminado.
De esa forma, lo que una palabra significa para algunos, para otros grupos de hablantes tiene valores diferentes, como es el caso deguagua.
En Cuba, es 'ómnibus' o autobús. En Chile o Ecuador, 'niño pequeño', por onomatopeya del sonido que hace el bebé al llorar.
El caso del forastero que llega a Chile se complicaría muchísimo si preguntara «dónde coger una guagua».
Por suerte, algo muy peculiar en todas las lenguas es la entonación según el origen del hablante. Seguro que el interlocutor terminaría dándose cuenta, por la forma de preguntar, que no se trata de un chileno y el presunto horror sería entendido.
En ese dilatado espectro, muchas palabras resultan curiosas, algunas incorporadas oficialmente a nuestro idioma y otras que predominan en el habla (oral o escrita) popular. Por supuesto, lo que es insólito para algunos es habitual para otros. Tal es el caso de polola o pololo, jevao jevo, es lo mismo que decir novia o novio en Chile y Cuba, respectivamente. Ambos términos suelen considerarse bastante vulgares, pero ojo, son utilizados por un grupo tan amplio de hablantes que pudieran ingresar algún día a nuestro mataburros.
Por cierto, mataburros, sinónimo de diccionario en Argentina, Costa Rica, Honduras y Cuba, es otra de esas palabrejas poco consideradas, pero usadas con bastante frecuencia.
Asimismo, vaina en la república Dominicana es cualquier cosa que no se le quiera buscar descripción, «pásame la vaina», «¿que vaina, eh?», «¡deja la vaina!», entre otras.
En Cuba, además de emplearse para definir a una funda ajustada para cuchillos o machetes, se puede usar para denominar a la cáscara tierna y larga en que están encerradas las semillas de algunas plantas, y también para referirse a una persona despreciable.
El tema va más allá de vocablos aislados. Las construcciones gramaticales propias del español y las variantes sintácticas de determinadas comunidades vendrían a ser la telaraña en la que se intrincan las palabras, pues frases hechas caracterizan también a los distintos grupos de hispanohablantes.
Quién entendería la expresión «pegar la gorra». En Cuba, se dice de aquella persona que siempre busca la oportunidad para comer algo en otra casa, sin ser invitada.
«Estar arrecho o arrecha» suele emplearse en Nicaragua para expresar malestar o enojo.
La expresión mexicana de origen prehispánico «al nopal se le visita sólo cuando tiene tunas», que sería la paralela de la cubana «se acuerda de Santa Bárbara cuando llueve o truena», se usa cuando el aludido se acuerda de la existencia de alguien sólo en el momento en que lo necesita.
En Argentina es común la frase «estar perdido como turco en la neblina», que significa estar extraviado o confundido. Su similar cubana es «estar perdido en el llano».
«¡Qué chuchas pues!«, esta expresión ecuatoriana significa «&iequest;por qué se mete si es asunto únicamente de mi incumbencia?».
«No quiere más Lola» se aplica en Argentina a quien no quiere seguir intentando lo imposible. El origen de la expresión está en unas galletas sin aditivos llamadas Lola, que a principios del siglo XX integraban la dieta de hospital. Por eso, cuando alguien moría, se decía: «Este no quiere más Lola».
El español, como todas las lenguas vivas se enriquece constantemente por los aportes del ingenio popular, científicos, otros. Quizás dentro de un par de siglos, un texto de este XXI que corre podría parecer que está escrito en otro idioma, como nos ocurre ahora con los de la centuria XVIII.
Un ejemplo es el poema Loores a Nuestra Señora del poeta español Gonzalo de Berceo:
Acorri a los vivos, ruega por los pasados,
(Socorre a los vivos, ruega por los difuntos)
conforta los enfermos, concerti los errados,
(reconforta a los enfermos, reorienta a los errados)
conceja los mezquinos, visita los cuytados,
aconseja a los mezquinos, visita a los sufridos),
conserva los pacíficos, reforma los yrados.
preserva a los pacíficos, apacigua a los airados) 
Sin embargo, a pesar de los cientos de años que han pasado, es posible Entender bastante el texto del sacerdote Berceo.
Y es que nuestro idioma ha logrado conservarse mucho desde que el latín vulgar, el árabe, el dialecto castellano y los románicos, entre otras, dieron lugar en su mezcla feliz a esta lengua, la tercera más hablada del mundo.
Ha calado tanto, que se ha convertido en el segundo idioma más estudiado del planeta, después del inglés, con al menos 17,8 millones de alumnos y el tercero más usado en Internet (8,2 por ciento del total).
Muchos cantantes, sin renunciar a su idioma nativo, escogen el español para llegar a un mayor público como es el caso de los italianos Eros Ramazzotti, y Laura Pausini, el brasileño Roberto Carlos, entre otros.
Su sonoridad, sus infinitas posibilidades de expresión lo hacen entrañable.
Uno de los más bellos homenajes a esta lengua de tantos, es quizás el poema Elogio de la lengua castellanade la escritora uruguaya Juana de Ibarbourou:
« En ti he arrullado a mi hijo
E hice mis cartas de novia
«En ti canta el pueblo mío
«El amor, la fe, el hastío
«El desengaño que agobia
«La más rica, la más bella
«La altanera, la bizarra,
«La que acompaña mejor
«Las quejas de la guitarra
«Lengua de toda mi raza,
«Habla de plata y cristal,
«Ardiente como una llama,
«¡Viva cual un manantial!«»
(*) La autora es periodista de la Redacción Sur de Prensa Latina.

DEFENSA IDIOMÁTICA


15/02/2009

Respetar los códigos del idioma

El Litoral

Los numerosos y graves errores ortográficos en el subtitulado en castellano, de un film estadounidense recientemente estrenado en nuestra ciudad y presente en todas las videotecas, y la lectura de un libro editado en Santa Fe con imperdonables falencias gramaticales, sumados a los constantes agravios al idioma que transmiten los medios de comunicación, imponen una vez más reflexionar sobre la importancia del respeto de las convenciones lingüísticas.


El español es el tercer idioma más usado en el mundo actual, con 400 millones de hablantes, siendo lengua oficial de 21 países. Las últimas estimaciones oficiales prevén, por ejemplo, que a mediados de este siglo, una cuarta parte de la población de los Estados Unidos hablará castellano. Su amplia difusión en todo el mundo trae aparejado el problema de su adecuación o transformación en los distintos lugares en que se practica, ya que se trata de un instrumento maleable, vital y en constante evolución. Es importante contemplar esa vitalidad en la expresión creativa de cada comunidad, pero paralelamente, es también imprescindible la defensa de una unidad sustancial.

Cuando, años atrás, Gabriel García Márquez, con un desplante bromista y divístico propugnó: “¡Juvilemos la hortografía! ¡Henterremos las achez rupestrez!”, su colega Mario Vargas Llosa respondió con una sentencia digna de tener en cuenta: “Si se acabara con la ortografía, el español se desintegraría en tal multitud de dialectos, que llegaríamos a la incomunicación”.

Se trata, pues, de estar atentos a los localismos y seleccionarlos con un criterio no sólo lingüístico sino también estético (de ahí el rol importante que juegan en este campo los escritores). Pero sobre todo hay que atender al respeto de las leyes gramaticales. Toda lengua implica la existencia de un código, y si se lo viola, el riesgo evidente es el caos. Y el resultado de ese caos es, ni más ni menos, que la incomunicación.

Nuestro idioma es un tesoro conquistado a través del esfuerzo de siglos, fruto de una larga decantación, modificado por influencias de los ocupantes de la península ibérica (romanos, godos, árabes), hasta imponerse hacia finales del siglo XV con la unión de los reinos de Castilla y Aragón, y difundirse en nuestro continente por boca y escritos de los descubridores, conquistadores, religiosos e intelectuales.

En todos los medios de comunicación, se impone la labor de los correctores del idioma. Un trabajo especializado de suma importancia para evitar errores e impropiedades, coadyuvando a la instauración de una lengua culta, genuina y apropiada. Lamentablemente, este trabajo sólo se cumple en los diarios y en las editoriales, a pesar de la alarma a la que hacíamos referencia al inicio de esta nota: la aparición en nuestro ámbito, de un libro de un notorio autor fallecido pocos años atrás, impreso claramente sin la intervención previa de correctores, plagado de intolerables errores. 

DEFENSA IDIOMÁTICA


  El derecho al castellano
Antonio Pérez Henares, Siglo XXI (Columna de opinión)03/05/2008

El cariño, utilización, difusión y defensa de una lengua no tiene porque significar la agresión a otra. De la misma manera que el amor a la propia tierra, sea esta humilde aldea o territorio con ínfulas nacionales, no debiera suponer odio a ninguna otra especialmente aquella mas extensa en la que se esta enclavado. Pero lo es. Esencialmente porque el ser profundo del nacionalista se encuentra en la confrontación con lo "otro" incluso hasta más que en el afecto por lo propio.
La defensa política del catalán, utilizado como arma de confrontación contra rivales políticos y como factor de exclusión laboral y social, es un hecho evidente. Aunque en el colmo del cinismo se pretenda decir y negar el propio asunto haciendo grandes protestas de que no hay problema alguno y negando incluso el derecho al agredido, a quien recibe bofetada tras bofetada, a la más mínima queja. La situación es tan delirante que tras prohibir en todos los rincones, desde los carteles de las fruterías a los recreos de los niños el uso del castellano, salen en tromba y con aire escandalizado, criminalizan al denunciante de la agresión y acaba por ser el malo.
La agresión a la lengua común de los españoles y de cuatrocientos millones de personas en el mundo es una de las atrocidades más paletas, estúpidas y destructivas que nuestra existencia ha contemplado. Un empobrecimiento cultural de enorme magnitud, un sembrado de división y odio, una perversa manipulación de la lengua como instrumento de batalla.
El nacionalismo catalán, amparado ahora por el no menos nacionalista PSC, aunque sus dirigentes se llamen Montilla, Corbacho y Chacón y sean de Córdoba o Badajoz, inicia la peligrosa y agresiva senda. Ahora, el pacto del socialismo con el nacionalismo gallego la emprende con entusiasmo en Galicia, donde ya los fraguistas habían deslizado más de una insensatez al respecto, y como remate, en Baleares un pacto similar riza el rizo y se lanza a una campaña que conculca ya no la Constitución Española, a este respecto verdadero papel mojado, sino el propio estatuto de autonomía recientemente aceptado. En Euskadi donde se había actuado hasta el momento con sentido común, este desaparece y la pretensión es seguir los otros pasos. Las famosas inmersiones que no son sino prohibir, acorralar y extirpar a la fuerza el empleo de la lengua que todos los ciudadanos del Estado hablan.
El gobierno balear, que en su primera versión la emprendió contra el turismo con aquello de la ecotasa, ha variado el tiro y ha empezado a disparar en esta segunda entrega contra el castellano. Las directrices son tan agresivas y estrictas que no intentan siquiera ocultar su intención de impedir una utilización pareja de ambas lenguas. Toda la señalización, toda la información que se de al público en cualquier soporte y ámbito ha de estar, exclusivamente, en catalán. "No se pueden hacer versiones bilingües" se enfatiza y ordena. En catalán, por supuesto.
La persecución y eliminación del castellano es el objetivo primordial. Contemplar tal inquina en los nacionalistas entra dentro de la lógica de la irracionalidad política pero que tales senderos sean seguidos y ampliados con entusiasmo por quienes se dicen de izquierdas, por socialistas o las raspas que quedan de IU, resulta una verdadera regresión de principios esenciales de igualdad ciudadana, una patada en los principios básicos del propio socialismo. Una entrega, de rodillas y vergonzante, ante lo más reaccionario del nacionalismo. Por mucho que la mona la vista de progre.
Rosa Díez, socialista, ha estado una vez más en el sitio. 
P.D. Constitución española. Artículo 3.1 El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. 2 Las demás lengua españolas serán también oficiales en las respectivas comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
¿Tenemos de verdad ese "derecho" a usar nuestra lengua común?. No. A los españoles ese derecho democrático nos ha sido en muchos lugares ya arrebatado. 

ESTATUS DEL ESPAÑOL


3/08/2005  El español: un buen negocio 
Editorial de El Tiempo  http://www.eltiempo.com.co

La confusión de lenguas de la torre de Babel generó, según cierto mito arcaico, 72 idiomas distintos. Tubal, nieto de Noé, erró hasta España y estableció allí su lengua. Cuando San Agustín divulga esta idea en el siglo V faltaban aún 450 años para el nacimiento del castellano. Transcurrió ya más de un milenio, y la realidad revela que la supuesta lengua de Tubal es una de las más prósperas del mundo.
El español, con sus 380 a 400 millones de hablantes, ocupa el cuarto lugar en población nativa, detrás del mandarín (1.075 millones), el inglés (514 millones) y el hindi (496 millones). Además, es lengua oficial de una veintena de países y desde 1492 no cesa de crecer. En cambio, lenguas que antes fueron más poderosas y extendidas, como el francés, el italiano y el alemán, están en retroceso frente a él.
Hay que reconocer, sin embargo, que la fuerza de nuestra lengua radica en su dilatada población, no en su economía, su poder político, ni su importancia tecnológica. Por ejemplo, en la telaraña de Internet el idioma dominante es el inglés (43 por ciento), seguido del japonés y el chino (9,2 por ciento). El español empata con el alemán con un modesto 6,7 por ciento, pero supera a las demás lenguas europeas.
Los hispanoparlantes somos muchos, pero somos pobres. Pese a ello, la lengua tiene creciente importancia económica en nuestro medio. Se trata de una ágil industria, con 6,5 por ciento de incremento anual, que en España representa el 15 por ciento del PIB, y en Estados Unidos abarca un mercado anual que, solo en el campo de la música popular, alcanza los 600 millones de dólares, y en el de la información alimenta 40 diarios, tres cadenas nacionales de televisión, 300 semanarios y cientos de emisoras de radio y TV. El español es “nuestro petróleo”, como se dijo hace tres años en el Congreso de la Lengua Española de Valladolid.
Uno de los aspectos que mejor denotan la fuerza del español es su pujanza como segunda lengua. Esta semana EL TIEMPO publicó un estudio de las escuelas internacionales de idiomas Berlitz según el cual el español es la tercera lengua más solicitada para el aprendizaje. Sobra decir que la primera es el inglés (¿quién no quiere aprenderlo?), preferido por 69 por ciento de los estudiantes.
Pero entre la segunda, que es el francés, y el español media menos de un punto de diferencia (6,8 y 5,9 por ciento, respectivamente).
Esta distancia se acorta cada año y pronto el español superará al francés, simplemente porque es más útil como idioma complementario. Algunas pistas sobre su empuje: el 60 por ciento de los estudiantes de universidad de Estados Unidos prefiere aprender español antes que otros idiomas; en ese mismo país, los doctorados de literatura española superan ampliamente a los de francés, alemán, portugués o italiano; los 40 centros del Instituto Cervantes en el mundo ven crecer cada año las matrículas en un 15 por ciento. Los escolares brasileños ingresarán pronto y masivamente a estas estadísticas.
Lo más importante del auge del español como segunda lengua son las posibilidades económicas que ofrece. Colombia podría aprovecharlas ampliamente gracias, entre otras, a su posición geográfica y a la fama de los colombianos como correctos hablantes de castellano. España recibe cada año más de tres millones de extranjeros que acuden a aprender español y dejan a su paso el equivalente de cerca de 900 mil millones de pesos.
Estados Unidos alberga el 70 por ciento de los que quieren aprender español en América, seguido por México (4,8 por ciento). Argentina acoge a 40 mil estudiantes de lengua, que no es poco. En Internet también aparecen academias de español para extranjeros en Chile y aún en Ecuador. Pero la presencia colombiana en este mercado es tan precaria que resulta casi inexistente.
Un buen programa organizado por instituciones educativas y la Academia de la Lengua con apoyo del sector turístico y del Gobierno sería sin duda exitoso. Hace falta un Tubal que lo impulse.

domingo, 26 de junio de 2011

El español, el francés y el portugués, unidos en defensa del plurilingüismo
Foto: www.milenio.com
La lengua no es solo un instrumento de comunicación, sino un importante valor económico y, por ello, los responsables de los Tres Espacios Lingüísticos, una red de cooperación que une el español, el francés y el portugués, destacan la necesidad de trabajar juntos en defensa del plurilingüismo.
El responsable de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), Enrique V. Iglesias, y los secretarios generales de los Tres Espacios Lingüísticos (TEL), organización creada hace diez años, debaten hoy en Madrid los retos de estas tres lenguas ante la digitalización, el cambio de los modelos económicos, sociales y políticos y las nuevas relaciones internacionales en las economías emergentes.
«Estamos en presencia de una nueva realidad, en la que la lengua juega un papel central», ha recalcado Iglesias en la inauguración de este encuentro, donde ha señalado que «para navegar en ese mundo emergente que va a ir creciendo y va a formar parte cada vez más de un nuevo poder mundial, la lengua es el instrumento de ese nuevo poder».
Los Tres Espacios Lingüísticos están integrados por 103 países y 900 millones de hablantes dispersos en los cinco continentes y sus lenguas juegan un papel fundamental en el mundo actual, pero «mucho más en el que vendrá», ha recalcado el secretario general iberoamericano.
Estos tres espacios tienen, según ha señalado a Efe Iglesias, problemas comunes, como es tratar de hacer de sus lenguas instrumentos cada vez más utilizados en la economía, en la cultura, en el comercio y, especialmente, en internet.
Por ello, hay que identificar los valores comunes y realizar un análisis serio sobre la forma en que «la digitalización del mundo abre nuevas oportunidades para la expansión de estas lenguas, su consolidación y defensa».
Las tres lenguas buscan también una mayor interacción, ha explicado Iglesias, que ha puesto como ejemplo la iniciativa de Brasil de incorporar el español como lengua obligatoria en la enseñanza secundaria.
Por ello, ha insistido en la necesidad de trabajar en la calidad y difusión de estas tres las lenguas y «vincularlas a las nuevas dimensiones económicas de las sociedades emergentes».
José Luis Dicenta, secretario general de Unión Latina, ha advertido de que en la actualidad «ya no basta» con defenderse a base de escuelas, libros y educación: «Hay que penetrar en el mundo de la revolución tecnológica, en la que, si no estamos muy presentes, habrá un debilitamiento real» de estas tres lenguas.
La dimensión económica de la lengua y la cultura ha sido resaltada también por la directora del Instituto Cervantes, Carmen Cafarel, por el responsable de la Comunidad de los Países de Lengua Portuguesa, Domingo Simoes Pereira, y la presidenta del Instituto Camoes, Ana Laborinho.
El responsable de la Organización Internacional de la Francofonía, Abdou Diouf, ha considerado que el gran reto para estas tres lenguas, en su lucha por la diversidad lingüística y cultural, es su presencia en la sociedad digital.
Diouf ha defendido una situación equilibrada, pues no se trata, ha dicho, de «destronar» a una lengua, aunque se ha referido a la paradójica situación que supone que, frente al aumento del número de francófonos, cada vez se habla menos este idioma en los organismos internacionales.
Uno de los objetivos de esta reunión es, por tanto, intentar reforzar la presencia de estas tres lenguas en las instancias internacionales, así como recomendar políticas activas en favor del plurilingüismo en los sistemas educativos.
Y como gran defensor de la diversidad cultural, Iglesias y Dicenta han recordado la figura del recientemente fallecido Jorge Semprún y sus palabras: «La cultura implica la exigencia de mantener la diversidad y de reforzar todos los idiomas a fin de fortalecer la unidad sobre la base de la razón democrática».
Agencia Efe - Viernes, 10 de junio del 2011