domingo, 26 de junio de 2011

Claves para la interoperabilidad: Clasificaciones y terminologías

La terminología médica y sus clasificaciones forman una parte esencial en el desarrollo y la evolución de la medicina, ya que son la base de los informes de salud pública y permiten medir los rendimientos, realizar informes de calidad, facturación y pagos. La American Health Information Management Association y la American Medical Informatics Association han unido esfuerzos para resolver de una vez por todas el problema de la disparidad de criterios terminológicos en EE.UU.
La terminología médica y sus clasificaciones forman una parte esencial en el desarrollo y la evolución de la medicina ya que son la base de los informes de salud pública y permiten medir los rendimientos, realizar informes de calidad, facturación y pagos. Por este motivo, es cada vez más necesario implantar unos estándares unificados que permitan la cooperación a nivel internacional. Muchos países en la actualidad disponen de sus propios estándares, aunque no es así para los Estados Unidos.
En los últimos años, este país ha intentado solucionar el problema implantando diferentes medidas, como la que impulsó la librería nacional de medicina (NLM) en el año 2003, que habilitó un software llamado SNOMED CT, de libre disposición para todo el país, mediante el sistema de lenguaje médico unificado. Éste software ha sido recientemente modificado pensando en un uso internacional, que facilite las conexiones y las transferencias de datos. Otra medida fue la creación del foro de los estándares para la tecnología de la información en la asistencia sanitaria (IHTSDO, por sus siglas en inglés), también en busca de una terminología estándar para el correcto traspaso de información de los pacientes dentro del mismo sistema. Pero a pesar de todo, éstas medidas no han sido suficientes.
Para solucionar este problema se ha creado el Task Force, un comité especial que está promoviendo nuevas medidas para armonizar los conceptos y fomentar la interoperabilidad, formado por las asociaciones de carácter nacional AHIMA (American Health Information Management Association) y AMIA (American Medical Informatics Association), que se encargan respectivamente de la gestión de la información y de la informatización, dentro del sector.
El comité ha estudiado la realidad de países como el Reino Unido, Australia y Canadá, que han centralizado los diversos órganos responsables de las terminologías y sus clasificaciones; Australia y Canadá además, tienen cómo responsables de esta tarea a organizaciones sin ánimo de lucro.
En Estados Unidos hay en la actualidad, más de 20 terminologías diferentes, ya que no existe ninguna autoridad designada para la estandarización, ni tampoco política alguna que asegure el desarrollo, la distribución, el mantenimiento y la coordinación entre las distintas entidades. La falta de unas directrices armonizadas no solamente tiene efectos negativos a nivel nacional, esto se ve reflejado en la imposibilidad de traducción de datos codificados, en formatos de datos incompatibles con otros sistemas sanitarios y en la utilización de sistemas obsoletos que aumentan los costes administrativos y de mantenimiento, que provocan una limitación en el progreso de la técnica a nivel internacional.
Entre los desafíos que el comité ha propuesto al estado para su establecimiento y financiación a corto plazo, se encuentran las siguientes medidas: la actualización de todos los sistemas operativos utilizados, la estandarización de los historiales clínicos de los pacientes —tanto los personales como los electrónicos—, la automatización de los negocios para conseguir prácticas más efectivas y rentables, y principios y directrices para el desarrollo, la distribución, el mantenimiento de los sistemas utilizados y su coordinación.
La estrategia a largo plazo propuesta por Task Force incluye las siguientes propuestas: una gobernanza efectiva y coordinada que se responsabilice de las políticas y procedimientos para el desarrollo, la distribución, el mantenimiento, la autorización y su aplicació; unos negocios transparentes y públicos por parte de todas las organizaciones participantes, incluyendo algoritmos y tasas de sostenibilidad; herramientas estables de automatización para lograr resultados fiables, incluyendo guías de implementación estructuradas, colaboración activa por parte de la comunidad internacional para el desarrollo y mantenimiento de las terminologías y la clasificación, y por último, financiación a largo plazo para apoyar el plan completo.
El conjunto de todas estas estrategias es un cometido complejo que debe someterse a una continua revisión por parte del estado, que permita la autorización y supervisión constante de nuevas medidas que se ajusten a las necesidades de cada momento. Tanto la AHIMA como la AMIA tienen confianza en poder trazar un cambio efectivo que permita la interoperabilidad.
Referencia bibliográfica
American Health Information Management Association (AHIMA); American Medical Informatics Association (AMIA) (2007). Healthcare Terminologies and Classifications: Essential Keys to Interoperability. AHIMA; AMIA [acceso 3 de marzo de 2010]. Disponible en: http://library.ahima.org/xpedio/groups/public/documents/ahima/bok1_034273.pdf

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